Breaking Bad, serie creada por Vince Gilligan, es una idea extensa y moderna sobre como un alquimista descubre la piedra filosofal, la divide en gramos,-azules por supuesto-, la distribuye, corrompe a algún reinado y controla su reparto. Del otro lado, un aprendiz de mago que corre el riesgo de no saber controlar la nueva magia o quizás de no poder controlarse siempre a si mismo. Ciertamente no por esta simple metáfora y sus cinco temporadas ha llegado a ser valorada como una de los mejores series de los últimos tiempos. Hay más, existe una bien elucubrada escenografía de medio oeste que rememora a los indios y vaqueros, en donde ahora carteles y agentes de la DEA juegan a exterminarse; creación de antihéroes que destruyen a otros antihéroes. Como las buenas historias, es difícil definir si existen antagonismos o si sólo son sendas tonalidades de maldad. Una extraña fascinación de los personajes por querer ser múltiples víctima, múltiples vengadores, múltiples némesis de sí mismos. Modos de contar la historia, de jugar con el tiempo. Y existe la psicología que poco a poco a inundado a las nuevas series bien logradas, puesto que conocemos no lo banal de su exterioridades, sino de su planificado proceder, que después de acostumbrada a ello por parte de los espectadores surge lo sorprendente, siendo esto la continua re-elaboración de la moralidad que en cada temporada, llega a limites donde es imposible definirla. Por otro lado la música es el vehículo que une partes, que extermina para siempre el “dos años después”, ahora ella se encuentra adecuadamente ubicada en sus diferentes géneros.
Breaking Bad es una gran estructura en donde la escusa son todos los personajes por controlar la metanfetamina, por buscar paradójicamente el más alto grado de su pureza. Pero como el anillo wagneriano en donde el que la pose quedará maldito sin amor, en la serie la fatalidad de poseerla se reviste de ausencia, de la soledad, de la muerte, de una mala muerte.
Y bueno también tiene explosiones, muchos calvos, la fascinante voz de Mr. White, neonazis iracundos, desenlaces casi Shakesperianos, y quizás ya fanatizado por la serie, conocer otro aspecto de la palabra “let´s cook”.
Por Hagen Pandora.
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